En el año 2000 los investigadores Andreas Bartles y Semir Zeki,
de la Universidad de College de Londres, localizaron las áreas del cerebro activadas
por el amor romántico con la ayuda de una serie de estudiantes que se declaraban
perdidamente enamorados.
Concluyeron en que la zona afectada es mucho menor de lo que pensaban y,
además, es la misma que se activa en casos de euforia-como la provocada por ej. por el
uso de la cocaina- lo que llevó a los autores a la conclusión de que el amor es semejante
a la manifestación de dependencia física provocada por drogas.
Mediante el mismo sistema, la científica Helen Fisher, de la Rutgers University
averiguó que tres caracterñisticas del amor: sexo , dependencia y romanticismo,
estimulan áreas diferentes de la corteza cerebral, de lo que se deduce que se puede
estar enamorado de una persona, querer hacer el amor con otra y vivir con una tercera.
de la Universidad de College de Londres, localizaron las áreas del cerebro activadas
por el amor romántico con la ayuda de una serie de estudiantes que se declaraban
perdidamente enamorados.
Concluyeron en que la zona afectada es mucho menor de lo que pensaban y,
además, es la misma que se activa en casos de euforia-como la provocada por ej. por el
uso de la cocaina- lo que llevó a los autores a la conclusión de que el amor es semejante
a la manifestación de dependencia física provocada por drogas.
Mediante el mismo sistema, la científica Helen Fisher, de la Rutgers University
averiguó que tres caracterñisticas del amor: sexo , dependencia y romanticismo,
estimulan áreas diferentes de la corteza cerebral, de lo que se deduce que se puede
estar enamorado de una persona, querer hacer el amor con otra y vivir con una tercera.
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